lunes, 6 de junio de 2011

El Camaleón

Conocí una vez a un hombre camaleón. Era un ser solitario, que pasaba inadvertido entre sus compañeros de trabajo, se adaptaba a los cambios y situaciones muy fácilmente, parecía imperturbable; sin embargo, siempre estaba al acecho. Desde su rincón observaba, esperaba el momento más adecuado para actuar sin ser visto.
Tenía una enorme facilidad para amoldarse a las variaciones y su discurso cambiaba según su estado de ánimo, factores ambientales e incluso del rango que ocupaba entre sus congéneres –de ahí la similitud con el animal-.
Había decidido inventarse a sí mismo y percibía la realidad filtrándola y dejando entrar sólo lo que encajaba en su mundo. De esta forma tenía una existencia solitaria y enfermiza e intentaba ocultar su vacío interior, construyendo murallas que hacían impenetrables e inaccesibles cualquier intento de acceder a su ser, pues dentro de esas murallas ocultaba secretos vergonzosos que no permitía que salieran al exterior. De esta forma tenía una existencia gris, pues era el color en el que había decidido metamorfosearse durante la mayor parte de su tiempo.
Pero un día apareció una mariposa multicolor, tenía unas alas muy grandes que contenía los colores del arco iris, le pareció un ser maravilloso pues irradiaba una gran belleza. Las mariposas, como sabéis son seres que aman la belleza y la libertad pero son tremendamente frágiles y vulnerables, cualquier racha de viento pueden arrastrarlas y hacerlas desaparecer, cualquier camaleón con su alargada lengua pueden atraparlas y engullirlas en su interior...

Y esto es lo que sucedió en nuestro cuento de hoy:

Por casualidad, la mujer mariposa conoció al hombre camaleón que quedó fascinado por lo bien que se sentía cuando mutaba el color gris de su piel por los destellos multicolores de la mariposa. Desde hacía mucho tiempo, no se veía tan bien con la tonalidad de su cuerpo. Parecía tener más energía, más agilidad e incluso se sentía más joven desde que la mariposa apareció en su vida. Como, desde su invisible aspecto había estado observando durante mucho tiempo a las mariposas que revoloteaban a su alrededor sabía muy bien cuáles eran sus gustos y cómo hay que hablarles para persuadirlas y hacerlas sentir seres admirables, y a base de engaños convencerlas de que nadie como él para entenderlas y amarlas, y de esta forma hacía que estos seres maravillosos bailasen para él, agitasen sus alas para dar frescor a su vida y mantener el colorido multicolor de su piel.
De esta forma mantenía a las mariposas atrapadas con su enorme lengua que prometía un mundo mágico, irreal, que les hacía sentirse maravillosas e impedía con sus mentiras y engaños que conociesen la realidad: era incapaz de amar.
Pasó cierto tiempo viviendo a costa de la energía que la mariposa le proporcionaba cuando, de forma progresiva, iba observando que los colores de su piel se iban marchitando ¿qué estaba pasando?. La respuesta halló cuando – a través de sus miopes ojos saltones- vió que la mariposa ya no batía con tanta fuerzas sus alas y el arco iris que se pintaba en ellas no era tan intenso como el primer día que la conoció.
La mariposa no había parado de preguntarle que le contase su vida, sus misterios, sus historias prohibidas pues necesitaba amar no sólo su lado bueno sino el conjunto de su ser. Quería compartir con él su fealdad, sus heridas, sus miserias pero el camaleón tenía miedo de romper las murallas que había construido tan férreamente en torno a ellas, no era capaz de acceder a ese mundo que había aislado en su interior y que con tantas ganas había separado de su ser. Era un mundo del que había escapado y al que no quería volver y ello le había llevado a esa existencia miserable y gris que era su vida pero que justificaba y compensaba con engaños y mentiras.
La mariposa insistía y el camaleón cada vez inventaba más mentiras para prolongar todo lo posible el soplo de brisa que la mariposa le daba con el batir de sus alas. Llegó un día en que la mariposa, agotada, no podía volar, necesitaba recuperar su brillo, su vitalidad y pensó que era cuestión del ambiente ¡necesitaba respirar aire fresco, quizás si nos vamos a otro lugar pueda recuperar el colorido de mi cuerpo y de nuevo pueda volar!.
Pero el camaleón no quería cambiar de ambiente pues suponía dejar esa existencia a la que ya estaba adaptado y sabía que tarde o temprano la mariposa descubriría la verdad. Así que decidió alejarse de ella y buscar otra mariposa que radiante, le proporcionara durante un tiempo esa energía que necesitaba para seguir viviendo o mejor dicho para seguir creyendo que vivía.
La mariposa multicolor no entendía qué pasaba con el camaleón, ya no le contaba historias bonitas, ni le cantaba canciones, se mostraba tosco y arisco y le costaba trabajo encontrarlo pues ya no estaba en el lugar donde solían hallarse, hasta que un día lo vió: en el claro del bosque un ser extraño y desconocido que le era familiar estaba hablando con una mariposa dorada, que no paraba de revolotear sus alas a su alrededor. Cuando se acercó descubrió que era el camaleón que con una nueva tonalidad de su piel se encontraba rebosante de energía y contándole las mismas historias a la mariposa que sin cesar no paraba de batir sus alas y entonces con gran claridad descubrió la triste realidad del camaleón.
Al principio se enfureció, languideció e incluso pasó por momentos de letargia pues se llevó una gran decepción pero con el paso del tiempo fue recuperando el color y observó que ya no había un arco-iris en su cuerpo sino que sus alas habían adoptado una tonalidad más oscura pero que le daban un aspecto más sereno y hermoso y se dio cuenta de algo: su realidad era maravillosa, era un ser libre, con un enorme mundo interior y con capacidad de compartir sus heridas con las personas dispuestas a amarlas y aceptarlas. La mariposa ya no necesitaba que alguien le dijera lo que ella sabía: que era estupendo estar con ella. Comenzó una nueva etapa de su vida, más tranquila sin tantos altibajos y sabiendo lo que quería. A veces le gustaba sentarse en una flor cercana a un lago y recordar lo que había sucedido y cómo se había comportado, lo ingenua que había sido y entonces una sonrisa afloraba en sus labios, ella había aprendido y batía sus alas y seguía volando. Sonreía cuando, de nuevo el camaleón se le acercaba y lo veía gris, marrón, de color pardo hasta que un día se hizo invisible ¡el camaleón había desaparecido! ¡no!. Simplemente se había metamorfoseado de nuevo de un color neutro que le hacía invisible. La mariposa respiró y notó una brisa de frescor y una paz interior y fue entonces cuando supo que le había dicho adiós.

Si tu me dices ven.....

Es el comienzo del título del último libro de Albert Espinosa donde podemos encontrara joyas como las siguientes: "Recuerda algo tan sencillo como que querer es más valioso que te quieran. Querer mueve y detiene mundos. Que te quieran si tú no quieres, te acaba aletargando. Lo segundo y más valioso para llevar tu vida adelante es que debes darte cuenta de que nos hemos pasado la vida desde pequeños respondiendo a la pregunta "qué me gusta". "Qué me gusta de comida, de ropa, de juguetes, de estudios, de trabajo, de amistad, de amor, de sexo.... "Y ese qué me gusta marca nuestro mundo. da la sensación de que si nos gusta algo es inidcador de un rumbo o un deseo, y debes saber que no. "Lo que nos gusta no es nuestro camino, ni tampoco lo que no nos gusta. A veces el rumbo puede estar en lo que nos provoca indiferencia, en aquellos que no nos apasiona ni aborrecemos. "Has de confiar en tí, no en lo que crees que te gusta a tí... La senda no la marca lo que te gusta a tí, sino que la marcas tú....

domingo, 5 de junio de 2011

La sociedad se vuelve loca

Aunque no lo percibamos a simple vista, algo esta cambiando en nuestra sociedad, la forma de relacionarnos, de comunicarnos, esta experimentando una evolución que ya no se puede parar. Las nuevas tecnologías, como el teléfono móvil e internet, han propiciado que podamos estar en contacto con millones de personas en todo el mundo, y la facilidad que existe hoy en dia para movernos de un sitio a otro hace que el mundo este en constante movimiento.
Esta nueva sociedad, a la que popularmente llamamos "sociedad de la información", se caracteriza por los nuevos avances científicos y la creciente globalización, que nos proporciona una cantidad ingente de información que suele ser mucho mayor de la que somos capaces de asimilar, nuevos intrumentos para poder procesar esta información y nuevas formas de comunicacion a nivel mundial. Esto, unido a los nuevos valores y las nuevas pautas sociales, influye en nuestro comportamiento, y este nuevo comportamiento, o más bien, la evolución que esta experimentando, es lo que vamos a intentar analizar.

La evolución del mundo emocional


Si nos ponemos a pensar un poco,  las emociones han cumplido un papel evolutivo que nos ha permitido sobrevivir y adaptarnos a nuestro medio de una manera sorprendentemente eficaz. Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido desde la revolución industrial? ¿Qué le ha ocurrido a nuestro mundo emocional desde, me atrevería a decir el siglo XIX? .Cuando el hombre movido, quizás, por una visión demasiado egocéntrica y desde el marco de un positivismo científico le otorgó un lugar privilegiado a nuestro mundo racional, relegando a las emociones como algo secundario, a controlar, evitar e incluso reprimir. La razón predominó a partir de este momento sobre nuestro mundo primitivo emocional, al que se le consideraba, incluso sinónimo de debilidad, “los hombres no lloran” “las letras con sangre entran” “Hay que ser duros” son frases que han abundado, desgraciadamente en la educación de miles de personas pertenecientes a esta época. Enseñamos a nuestros hijos y los educamos para que triunfen académicamente en la vida, pero le enseñamos cómo tienen qué ser felices?¿Acaso lo sabemos nosotros?.
 Un indicador objetivo, es el incremento del consumo de antidepresivos en  las  dos últimas décadas del siglo XX y la primera del siglo XXI?.  ¿Podíamos relacionar esta necesidad de consumir medicamentos para combatir nuestra tristeza, miedos, angustias –en definitiva emociones- como una consecuencia de nuestra pésima capacidad de canalizar éstas .
Otro indicador objetivo, que nos puede orientar pueden ser los índices de venta de libros de autoayuda, no hay que recurrir a las estadísticas para darnos cuenta  de que sus ventas se han disparado en las últimas décadas, son best-seller que pasan de boca a boca. En otras épocas eran novelas de poesía, amor, drama y ahora resulta que estamos como locos por intentar encontrar nuestro equilibrio emocional?
Si hacemos memoria o simplemente observamos la conducta de los niños, nos podremos dar cuenta de cómo sentíamos y vivíamos nuestro día a día en esta etapa que muchos no dudarían de calificarla como la más felíz de sus vidas, Nuestro mundo infantil es un mundo impregnado por emociones, de todo tipo, de toda gama y color. Nuestra mente estaba abierta a sorprendernos y dejarnos sorprender por los acontecimientos que nos rodeaban.
Me resulta tan contradictorio pensar que dedicamos tanto tiempo  a reprimir nuestras emociones que cuando lo conseguimos nos damos cuenta de que nos sentimos tan vacíos que hay que buscar urgentemente la causa para llenar este hueco, pero cómo lo hacemos: para ello hay todo un arsenal que nuestra sociedad tan dada a vendernos todo, no para deofrecer:  nos vende ocio, entretenimientos, diversión, moda, perfumes, fármacos (prozac: píldora de la felicidad), alcohol, drogas. Recursos para deshinibirnos pues tanto ejercicio represivo hay que contrarrestarlo con un poco de liberación y escape. ¿No os parece una locura

Sobre la equidad de generos


Bueno ya que se me ha tachado de feminista, lo  acepto con orgullo si por ello me define como una mujer preocupada por conseguir la equidad -que no igualdad- entre géneros, derecho que aún en este mundo globalizado NO hemos conseguido. Basta recordar los salarios de las mujeres, aún ocupando puestos similares, son más bajos que los de los hombres,  NO tenemos igualdad de oportunidades en cuanto a nuestra promoción laboral y  nuestros gobernantes, sean del partido que sean, por mucho Ministerio de Igualdad que promulguen, aún no han puesto sobre la palestra uno de los problemas más acuciantes para nuestra sociedad: los hijos. ¿Cuándo se van a enterar de que las mujeres necesitamos criar a nuestros hijos con los vínculos afectivos naturales y que para ello es necesario una baja maternal de, al menos 12 meses??? . Pues sí, eso hace mucha falta, así como servicios de guarderías asequibles para todos,  en otros países como Holanda, Noruega cuidan muchos estos aspectos, es promoción de salud para los hijos y los padres. En nuestro país, parece que todavía estamos muy verdes en cuanto a promoción de salud, sobre todo en cuanto a salud mental se refiere y ya no digo si nos referimos a salud mental infantil. ¿Saben ustedes que en nuestro país tan avanzado, no existe la especialidad de psiquiatría infantil?, y que ¿los servicios de salud mental infantil están saturados y son insuficientes?. Pero claro esto no vende, los niños no votan... Pues bien, ¿a qué viene ésto? a que si mantenemos el vínculo afectivo natural y necesario entre la madre y el niño -digo madre y no padre, que tendrá su momento posteriormente- al menos durante los primeros 12 meses de vida, estamos promocionando su salud y previniendo enfermedades mentales tanto en el hijo como en la madre. Pero sigamos con las desigualdades: Saben ustedes que la industria farmacológica en los ensayos clínicos fase I y II sólo lo realizan con  hombres?. Razón: son más baratos al ser menos complejos fisiológicamente.  ¿Saben que existen diferencias fisiológicas importantes entre el hombre y la mujer y que los fármacos afectan de forma diferente en función de estas diferencias? ¿Por qué yo como mujer tengo que tomar un fármaco probado sólo en hombres?.eminista y a mucha honra. Pues sí, feminista y a mucha honra.

¿Aceptación o resignación?


Feminista a la vista! Después de leer los artículos de mi compañera y de meditarlo con tiempo en mi caja de la nada, creo se debe rebatir este tema. Se habla de que nos autoengañamos porque cuando empezamos una relación proyectamos sobre esa persona la fantasía de como nos gustaría que fuera. Esto puede suceder en algunas ocasiones, pero también es verdad que hay otras en las que encontramos a una persona sobre la que vemos que nuestras proyecciones se cumplen, no se desvanecen, sino, que sentido tendría proyectar esa fantasía si sabemos que tarde o temprano la realidad la apartaría de nuestra vista.
También se describe el proceso en el que tenemos que tomar la decisión de seguir con una persona al darnos cuenta de que no es como nos esperábamos o de que la ilusión que antes había por cultivarla se ha ido. Se define como "aceptación". Yo propongo otra definición para ciertos casos en los que mantenemos esa relación: "resignación". Cuando aceptamos a una persona tal y como es, es cierto que estamos estableciendo un vínculo mucho mayor al que establecemos en la etapa de enamoramiento. Pero se acepta a una persona por como es, es decir, aceptamos sus defectos cuando existen unas virtudes que las compensan con creces. Cuando esto no ocurre y los defectos son mayores que las virtudes, o así es como lo vemos nosotros, y seguimos con esta persona, se llama resignación.
¿Cuando nos resignamos? Nos resignamos cuando por ejemplo no nos valoramos como deberíamos, cuando pensamos que aun asi, eres afortunado por tener alguien que te quiere. Y es cierto, pero no a cualquier precio.
Esta etapa de aceptación o resignación es clave en el desarrollo de la relación, y tanto HOMBRES COMO MUJERES nos cuestionamos si dejar entrar este sentimiento o si por el contrario, no nos merece la pena. Que en pleno siglo XXI se tache a los hombres de salir corriendo por miedo al compromiso me parece anticuado. Hace dos siglos, la meta de cualquier mujer era casarse, pero hoy en día, esa meta se comparte con otras cosas como logros profesionales. En una sociedad globalizada donde la igualdad entre hombres y mujeres en todos lo sentidos es facilmente visible, creo que este miedo al compromiso, muchas veces camuflado con la necesidad de independencia, lo comparten por igualdad tanto hombre como mujeres, atreviendo a decir que la tendencia de aqui a unos años será que sea la mujer la que huya despavorida al oir la palabra "matrimonio" en un porcentaje mayor a los hombres.

Los jardines secretos


Mi jardín secreto
Bueno creo que es el momento de hablar sobre los jardines secretos o buhardillas si queremos, que todos tenemos, en mayor o menor medida. ¿Qué es un jardín secreto?,  según el libro del mismo título publicado por Josep López y Georges Escribano, es ese espacio que tenemos en nuestro interior y que sólo compartimos con quien queremos si es que queremos compartirlo. En él podemos pensar, soñar, imaginar, fantasear o hacer lo que queramos con toda y absoluta libertad: es nuestro y de nadie más, en él somos lo que queremos ser, sin el riesgo de ser juzgados, criticados e incluso condenados. ¿Por qué he querido plantear este tema ahora? porque pienso que es vital para nuestra existencia y bienestar personal. La única condición: no hacer daño con lo que hagamos a los demás.
En un artículo anterior he hablado sobre el amor y la suerte que pueden tener algunos si lo encuentran en su plenitud: pasión, intimidad, compañía, romanticismo. Lo más frecuente es que la pareja que elegimos no reúna estas cuatro dimensiones ¿por eso tenemos que pensar que no es la adecuada?. Creo, sinceramente que no. Hay muchas parejas que su relación se basa en la compañía y con ello se sienten bien. En sus jardines secretos hay espacio para compartir con otras personas amigas o amigos otros aspectos no cultivados en su relación: compartir lecturas de libros, visionado de películas, ir a bailar... En otras predomina la intimidad y la pasión, en sus jardines secretos hay espacio para compartir otros aspectos que en su vida cotidiana no pueden compartir con la persona que tienen ha su lado. Encontrar a una persona que te complemente al 100% es muy difícil, ¿por qué renunciar a compartir con otras aspectos que necesitamos?. Creo importante regar, cultivar y cuidar con esmero ese espacio nuestro, íntimo y sagrado: nuestro jardín que puede ser andalúz, zen o silvestre, tu decides...

¿Dónde queda el amor?

He leido absorta la reflexión de mi compañero de blog y me he dado cuenta de que ciertamente el miedo está presente en muchísimas de nuestras elecciones.... incluida la elección de comprometernos a compartir la vida o parte de ella con otra persona. El miedo al compromiso es lo que hace que muchas personas anden mariposenado de flor en flor mientras agotan la fase del enamoramiento. Sólo quieren sentir la intensa emoción de estar enamorados, pero ¿qué es el enamoramiento sino la primera fase de una historia de amor que puede llegar a ser increíble y por qué no, durar toda la vida?. Hay auténticas historias donde las afortunadas parejas han encontrado un amor verdadero, que según la psicología es capaz de integrar: intimidad, pasión, compañía, romanticismo. Es cierto que la primera fase, el enamoramiento, es un periodo donde nos sentimos de maravilla, todo en nuestra vida encaja, hemos encontrado a la persona perfecta ,sin ser conscientes que es así de perfecta porque así la vemos, porque hemos proyectado sobre ellas -pobrecilla- nuestras fantasías de cómo nos gustaría que fuera. Cuando poco a poco el imaginario se va derrumbando ante la realidad, comenzamos a ver cómo es la persona realmente y decimos que nos hemos desenamorado, que me ha decepcionado, no es lo que yo pensaba que fuera. Ciertamente es así, pero no es la otra persona la que nos ha decepcionado: nosotros nos hemos autoengañado.
Esta es la fase más importante porque aquí es cuando hemos de decidir si seguimos o no hacia adelante ACEPTANDO a la persona tal como es y no como a nosotros nos gustaría que fuera. Es lo que marca el paso del enamoramienro al AMOR: aceptar lo bueno y lo malo del otro, conocer sus miserias, heridas y cicatrices y lamerlas para ayudarlo a que sanen. Es el momento donde muchos, y me atrevo a hablar en género masculino salen corriendo, huyen despavoridos muertos de miedo. SI es el miedo el que también impide que el amor entre en nuestras vidas y las llene, y las complique con sus momentos de alegrías y tristezas. A lo mejor la clave está en vencer nuestros miedos en todos los sentidos

¿Miedo o cobardía?


Hemos mencionado  en el artículo anterior que muchas veces continuamos en una relación no satisfactoria por miedo a cambiar. Pero, ¿cual es este miedo?, ¿qué nos impide dar este paso?
La sociedad en la que vivimos es una de las culpables de nuestra actitud cobarde a la hora de afrontar este paso, ya que seguramente se nos ataque como si nuestro deseo estuviera subordinado a la repercusión que tendrá en la otra persona o a unas razones de peso que no tienen por qué existir. Pues esta es la razón que más peso tiene, nuestra libertad a la hora de elegir. Somos libres de elegir lo que queremos, aunque la sociedad nos imponga unos códigos morales que no son naturales.
Imagina que llevas un año con tu pareja y eres consciente de que la relación te resulta insatisfactoria, se ha vuelto rutinaria y se ha perdido gran parte de la comunicación. Existen dos alternativas muy claras: puedes seguir viviendo una vida engañandote a ti mismo y engañando a tu pareja, o puedes actuar con sinceridad y decirle que tu etapa con esa persona ha acabado. Probablemente al principio poca gente elija la segunda alternativa para evitar los conflictos que conlleva, unos conflictos que no deberían existir y que la sociedad ha creado. Respuestas como ¿que he hecho mal?, o ¿quién es la otra persona?, nos muestran los prejuicios que tenemos en estos temas.
Nos ponemos en el caso de que tu relación se tambalea porque has conocido a otra persona. Te empiezas a dar cuenta de que tu relación actual no te aporta tanto como creías, de pronto, tienes la sensación de que quieres pero no puedes. Te encantaría poder conocer a la otra persona porque piensas que puede aportarte muchas más cosas pero te dices a ti mismo que no puedes porque tienes una relación. ¿No puedes?, ¿acaso no somos libres para elegir lo que queremos en cada momento? Somos nosotros mismos los que nos impedimos dar este paso por miedo a hacer daño a la otra persona o porque "no es lo correcto". ¿Acaso lo correcto es engañar a la otra persona no siendo sincera con ella?
Existen otros factores como el miedo a la soledad o haber consolidado la relación al punto de conocer y estar en contacto con la familia de tu pareja. Lo primero es muy comprensible, puesto que el miedo a la soledad es algo natural, ya que desde pequeños nunca hemos estado solos, y siempre se nos ha inculcado la idea de que debemos tener una familiar con quien compartir nuestra vida. En el tema de la familia de tu pareja entra en juego la idea de que si rompes tu relación con tu pareja, estas rompiendo no una, sino muchos vínculos que tienes formados en su entorno, lo que hace mucho más difícil tomar esa decisión. Indudablemente, por dificil que sea, nunca debe ser un motivo de peso para equilibrar la balanza en favor de seguir con una vida rutinaria que hace tiempo que dejo de ser satisfactoria.
Por último, mencionar una mala relación anterior como otro motivo para estar con una persona. Pongamonos en el caso de que durante varios años has tenido una relación en la que tu pareja no se ha portado bien contigo. Tu, el estar enamorado de esa persona, aguantabas porque la querias, pero eras consciente de que no estaba haciendo bien las cosas. Llega un momento crítico en el que decides dejarlo o la otra persona te deja y pasas una etapa de soledad a la que no estas acostumbrado. Muchas veces no nos damos cuenta de que esto se nos presenta como una oportunidad para conocernos a nosotros mismos, pero este miedo a la soledad que muchos padecemos a veces nos hace tomar decisiones equivocadas, como volver con una mala relación anterior o empezar otra sin haber superado todavía la anterior. Volviendo al tema anterior, imaginemonos que ya hemos superado la relación anterior y empezamos una nueva con otra persona. No vemos en esa persona nada especial, pero me trata muy bien y me da una estabilidad con la que contaba en la relación anterior. En comparación con mi otra relación, estoy muy a gusto, pero, ¿es esto suficiente motivo para estar con esa persona o en cierto modo la utilizamos como periodo de recuperación?

Sobre la monogamia

Enlazando con el artículo anterior sobre la sociobiología y la evolución de Darwin me gustaría plantear algunos aspectos interesantes acerca de la monogamia. Según recientes investigaciones realizadas desde las neurociencias la monogamia no es natural, es decir, que si decidimos aceptar la norma social imperante, hemos de reprimir nuestros instintos más primarios, aunque a mí me gusta más decir más naturales.
He leído en un interesantísimo libro titulado "Anatomía del Amor: Historia natural de la monogamia, el adulterio y el divorcio" de Hellen Fisher - que hace una extraordinaria recopilación de investigaciones realizadas desde la etología y la antropología- que nuestros ancestros comenzaron a ser monógamos a partir del Homo Sapiens, por dos razones: la primera fue que al desarrollarse el cerebro hacia una mayor complejidad fue necesario aumentar el tiempo que se dedicaba a la crianza de los hijos pues eran mucho más vulnerables dado que se atrasó el momento en que se hacían autónomos y la segunda razón fue la postura erecta, que al tener que utilizar los brazos para sujetar a la cría, necesitaba del macho para la búsqueda de alimentos y la necesidad de protección.
De esta forma la pareja mantenía una relación monógama durante la época de crianza de sus hijos, aproximadamente cuatro años. Si tenían más se multiplica por esta cifra, aunque lo más probable es que tuvieran el segundo hijo con otra pareja; entre otras razonas para aumentar la variabilidad de la especie. Si se analiza este dato con los divorcios de las parejas en nuestra sociedad sale la cifra de que la mayoría de éstas se separan hacialos siete años, ¿coincidencias?
A continuación os dejo una parte del programa Redes donde se habla de este tema:

Redes - La monogamia no es natural - parte 1



Redes - La monogamia no es natural - parte 2


Redes - La monogamia no es natural - parte 3

¿Por qué somos así?

Hasta hace poco se pensaba que cuando una persona nacía, era un libro en blanco donde a partir de ese momento se empezaría a escribir. A día de hoy, las ultimas investigaciones han dado lugar a una nueva ciencia llamada "sociobiología", la cual defiende que nuestra conducta se explica gracias a nuestros genes y a nuestra evolución, dejando el "ambiente" en un lugar secundario.
Esta ciencia cree firmemente que la seleccion natural de Darwin en los animales, en la que los organismos heredan pautas de comportamiento a lo largo de los años que posibilitan su exito reproductivo y su supervivencia, puede extrapolarse a las sociedades humanas de la misma forma, por lo que heredariamos las conductas más adecuadas de nuestros padres. Es en este punto donde se genera mayor controversia por la aplicabilidad de esta teoría darwiniana en los humanos.
Por lo tanto, al nacer, ya venimos con un paquete básico de comportamientos y conductas predeterminadas y heredadas de nuestros padres que la sociedad (el ambiente), se encargara de fortalecer o disminuir. Nuestros padres, profesores, y la sociedad en general solo pueden añadir nuevos datos a nuestro "disco duro" o instalar programas compatibles con nuestro paquete base.
La sociobiología por tanto intenta explicar el comportamiento según la selección natural de Darwin. Hay genes que contienen información sobre el comportamiento de un individuo, y la teoría de una base genética para pautas de comportamiento en animales está aceptada en muchas ciencias, pero el hecho de intentar usar los genes para explicar los complejos comporamientos sociales e individuales en los humanos en un tema de extremada controversia.

Reflexiones sobre las relaciones de pareja

A menudo me paro a pensar lo que condicionan las palabras y  el significado implícito que llevan consigo, sobre todo en lo que concierne a temas tan difíciles como es el tema de la fidelidad. Podemos ser fieles, por ejemplo a nuestro peluquero, y si descubrimos que éste nos está engañando -utiliza un tinte caducado o nos cobra demasiado- no tenemos reparos en dejarlo y buscar a otro que nos dé más confianza. Hay actrices que cuando les preguntan por el perfume que utiliza, suelen decir soy siempre fiel a tal  o cual aroma o justamente lo contrario, utilizo un perfume u otro, según el momento o mi estado de ánimo, en esta ocasión podríamos utilizar el concepto de infidelidad?, mi opinión es que no pues no hay uno que utilicemos por encima del otro.
Cuando escucho a los demás y sale el tema se utilizan frases como "fulanito le ha puesto los cuernos a menganita" y sinceramente siento horror. Puestos a pensar que el que alguien quiera estar libremente con otra persona implica hacerle daño a alguien y que encima ello se explique con la expresión de "ponerle los cuernos"  implica una actitud peyorativa hacia la persona supuestamente dañada que encima es objeto de burla social. ¿No os parece de locos?
Compartir la vida o parte de la vida con alguien es un ejercicio de absoluta libertad y mientras amamos a esa persona, la aceptamos como es, con sus miserias y sus alegrías, sin pretender controlarla, invadirla o cambiarla. ¿Quiénes somos nosotros para saber lo que es mejor para los demás?. Desde esta premisa pienso que si la persona que está a mi lado decide seguir otra etapa con otra persona será poque como adulto ha decidido que es lo mejor para su desarrollo y crecimiento personal, y ha de ser motivo de alegría para los dos. Entonces, por qué a menudo respondemos !no me puedes dejar tirado! !no me puedes hacer esto!. ¿Cuántas personas siguen compartiendo sus vidas por miedo a dejar al otro, porque piensa que les van a hacer daño?. ¿Acaso es esto más honesto para nosotros y para la persona que está a mi lado?. Este tipo de relaciones desembocan en vidas no vividas, en vidas rutinarias, en la incomunicación más absoluta, pues lo que nos une no es el amor sino la evitación de conflictos que no queremos o no podemos afrontar.

Historia de dos cerebros

Globalización

Ya no somos simples ciudadanos de un determinado lugar, donde tenemos nuestra vida y esperamos que se desarrolle completamente, la globalización nos ha convertido en "ciudadanos del mundo". La sociedad de la información nos brinda la posibilidad de interactuar con otras culturas, intercambiar opiniones con personas que nunca llegaremos a conocer o descubrir lo que de verdad sucede en el mundo con nuestros propios ojos.
Todo ello repercute directamente en el comportamiento social de las personas. Antes, una persona tenia su grupo de amistades normalmente cerca, donde acostumbraba a desarrollar la vida diaria. Con la globalización las posibilidades crecen hasta unos límites que jamas creiamos posibles, podemos tener amistades en cualquier parte del mundo y mantener el contacto diario si ese fuera nuestro deseo, se nos abre un abanico de posibilidades tan amplio, que muchas veces nos perdemos en él.
Las relaciones personales también se ven afectadas por este fenómeno. Nos estamos volviendo más independientes, ahora perseguimos unos objetivos mucho más ambiciosos que hace unos años. Queremos aprender, queremos descubrir el mundo que se nos presenta mas que nunca porque las facilidades para conseguirlo son mucho mayores que antes.