domingo, 20 de enero de 2013

Nicaragua: un país sumido en la amnesia

Por razones de la vida he viajado constantemente a ese maravilloso país que es Nicaragua. Siempre he sido una persona muy curiosa y por eso me encantaba preguntar a las gentes con las que contactaba por su país, su historia, su cultura, quería conocer de primera mano cómo hicieron la revolución sandista cuando tenía la suerte de conocer a personas que por edad habían participado en ella. Al principio me sorprendía bastante lo rápido que cambiaban de tema, esquivaban ese tipo de cuestiones: no querían hablar de la guerra. Comprendí que podía causarles dolor recordar a amigos y familiares que murieron en la contienda. Mas tarde, en otros viajes me desconcertó mucho el desconocimiento que la gente más joven tenía de esa parte tan hermosa de la historia de Nicaragua, y al mismo tiempo me llamó mucho la atención la falta de valores, de los valores que Sandino promulgaba entre sus revolucionarios: honestidad, respeto a la mujer, a la familia, austeridad en el estilo de vida. Me encontré con una juventud perdida, desconcertada, desorientada, sin raíces a las que agarrarse.
Soy bastante pesada concerté una cita con un Profesor de Sociología de la Universidad centroamericana y le hice la pregunta: ¿qué está ocurriendo en Nicaragua? ¿ qué pasa con su memoria histórica? ¿ Por qué los abuelos revolucionarios no han trasmitido fielmente a sus hijos y nietos lo que ocurrió? La respuesta fue obvia: Tienen miedo, mucho miedo de qué.
Ahora se me viene a la mente las palabras de Eduardo Galeano: " El derecho de recordar no figura entre los derechos humanos consagrados por las Naciones Unidas, pero hoy es mas que nunca necesario reivindicarlo y ponerlo en práctica." "El olvido, dice el poder, es el precio de la paz, mientras nos impone una paz fundada en la aceptación de la injusticia como normalidad cotidiana. Nos han acostumbrado al desprecio de la vida y a la prohibición de recordar. Cada hecho está divorciado de los demás hechos, divorciado de su propio pasado y divorciado del pasado de los demás. La cultura del consumo, cultura del desvínculo, nos adiestra para cree que las cosas ocurren porque sí. Incapaz de reconocer sus orígenes, el tiempo presente proyecta el futuro como su propia repetición, mañana es otro nombre de hoy: la organización desigual del mundo, que humilla a la condición humana, pertenece al orden eterno, y la injusticia es una fatalidad que estamos obligados a aceptar". ¿Hasta cuándo vamos a permitir que utilizen el miedo para callarnos?



sábado, 5 de enero de 2013

El valor de la intimidad

Ayer me hicieron un regalo maravilloso! Y eso que aún no han llegado los Reyes Magos. Una de las personas más queridas por mí me ha permitido compartir su espacio de intimidad, iniciamos juntas un camino desconocido para ambas, donde van a salir muchas emociones, con todos sus colores y gamas . Es un privilegio que te permitan entrar en la intimidad del otro, que puedas mirar a esa persona a los ojos y estar, simplemente estar con ella en momentos especiales. Me siento tan afortunada que no sé si reír o llorar. Gracias amiga por hacerme tan maravilloso regalo¡