jueves, 14 de mayo de 2015

Nudos

En esta entrada qusiera hablar de los nudos que hemos ido haciendo con historias, emociones y situaciones no resueltas que,una vez llegados a la efad adulta,nos vemos obligados a desatar si queremos sentir que el collar que nos hemos ido poniendo  con esta cuerda anudada alrededor de nuestra garganta no nos apriete demasiado.

Ahora bien por mi propia experiencia, hablando con expertos terapeutas es importante que no los   desatemos de forma brusca y todos a la vez, porque de algún modo es una cuerda que nos une a nuestro  pasado y si queda demasiado floja y no avanzamos en nuestro camino,  corremos el peligro de sentirnos desarraigados. Es importante ir desatando esos nudos a medida que integramos y hacemos conscientes esos hechos dolorosos anudados y que nos permitimos sentir. Asimismo considero que a veces es bueno enlazar nudos que nos aten no demasiado corto a nuestra realidad, que nos sirvan de ancla y no de cadena, que nos enraícen y permitan ver la realidad sin tener necesidad de huir o evitarla sumergiendonos en fantasias y miedos inútiles, Hay que saber identificar los nudos que nos ahogan de los nudos que nos permiten gozar de un equilibrio saludable. Es un juego de equilibro, que exige intuición, sabiduria, creatividad y autoconocimiento.

lunes, 11 de mayo de 2015

La diferencia invisible

Desde luego vivimos en una sociedad donde no hay lugar para las personas que somos diferentes, ya sea porque físicamente puedan tener algún tipo de gen "defectuoso" que les otorgan un aspecto distinto al que se considera normal o aceptado por los canones de las estetica, o bien porque tengan diferencias en cuanto a algun rasgo de la personalidad como puede ser un exceso de sensibilidad que les hace ser menos agresivos, tolerantes al estres y competitivos.

Abunda en nuestra jerga de todos los dias frases como "es un rarito" "es un friki" " bastante amanerado" que salen de forma insconsciente de nuestra boca arrastradas por esos esquemas mentales que con tanto tesón hemos construido desde la infancia, no sin esfuerzo, a bases de observar y aprender cuales eran las normas sociales, las expectativas de nuestros padres y maestros en cuanto a lo que se considera bueno, malo, correcto o incorrecto.
Por eso si nos pusieramos por unos dias en la piel de una de estas personas, que bien puede uno de nosotros mismos y observáramos cómo nos miran los demás, quedaríamos horrorizados del trato recibido, donde desgraciadamente se incluyen incluso los propios padres y educadores, que detras de esa mirada compasiva ocultan altas dosis de desprecio, rabia contenida y temor. Y digo temor porque no hemos aptendido a comportarnos con las personas que se salen de esos esquemas tan bien estructurados, tenemos miedo a no saber qué decirles, como responderles, como si fueran seres de otro planeta y no personas con nuestros mismos deseos y necesidades.
Nos esforzamos por ser normales, a costa de sacrificar nuestra esencia, nuestra propia personalidad y ocultar nuestra alma. En esta sociedad no hay cabida para emociones desmedidas y sombreros chillones, se las intenta acallar a base de pastillas que nos adormecen y  nos convierten en seres robotizados, perfectamente adaptados e integrados, como ahora nos gusta decir. Me surgen muchos interrogantes: ¿a quién tenemos que integrar? ¿Si no conseguimos que se integren, la solucion es la desintegración? . Creo sinceramente que hemos de aprender mucho de las diferencias, amarlas y respetarlas porque en ellas esta la esencia del ser humano. Es la variabilidad y no la uniformidad la que permite la creatividad, la que nos enriquece, la que ha permitido al ser humano avanzar, progresar. Gracias a personas raritas, frikis y diferentes hemos conseguido logros inimaginables en otras epocas, ¿a qué viene ahora este encorsetamiento de nuestra forma de pensar, ser y estar?