domingo, 5 de junio de 2011

¿Aceptación o resignación?


Feminista a la vista! Después de leer los artículos de mi compañera y de meditarlo con tiempo en mi caja de la nada, creo se debe rebatir este tema. Se habla de que nos autoengañamos porque cuando empezamos una relación proyectamos sobre esa persona la fantasía de como nos gustaría que fuera. Esto puede suceder en algunas ocasiones, pero también es verdad que hay otras en las que encontramos a una persona sobre la que vemos que nuestras proyecciones se cumplen, no se desvanecen, sino, que sentido tendría proyectar esa fantasía si sabemos que tarde o temprano la realidad la apartaría de nuestra vista.
También se describe el proceso en el que tenemos que tomar la decisión de seguir con una persona al darnos cuenta de que no es como nos esperábamos o de que la ilusión que antes había por cultivarla se ha ido. Se define como "aceptación". Yo propongo otra definición para ciertos casos en los que mantenemos esa relación: "resignación". Cuando aceptamos a una persona tal y como es, es cierto que estamos estableciendo un vínculo mucho mayor al que establecemos en la etapa de enamoramiento. Pero se acepta a una persona por como es, es decir, aceptamos sus defectos cuando existen unas virtudes que las compensan con creces. Cuando esto no ocurre y los defectos son mayores que las virtudes, o así es como lo vemos nosotros, y seguimos con esta persona, se llama resignación.
¿Cuando nos resignamos? Nos resignamos cuando por ejemplo no nos valoramos como deberíamos, cuando pensamos que aun asi, eres afortunado por tener alguien que te quiere. Y es cierto, pero no a cualquier precio.
Esta etapa de aceptación o resignación es clave en el desarrollo de la relación, y tanto HOMBRES COMO MUJERES nos cuestionamos si dejar entrar este sentimiento o si por el contrario, no nos merece la pena. Que en pleno siglo XXI se tache a los hombres de salir corriendo por miedo al compromiso me parece anticuado. Hace dos siglos, la meta de cualquier mujer era casarse, pero hoy en día, esa meta se comparte con otras cosas como logros profesionales. En una sociedad globalizada donde la igualdad entre hombres y mujeres en todos lo sentidos es facilmente visible, creo que este miedo al compromiso, muchas veces camuflado con la necesidad de independencia, lo comparten por igualdad tanto hombre como mujeres, atreviendo a decir que la tendencia de aqui a unos años será que sea la mujer la que huya despavorida al oir la palabra "matrimonio" en un porcentaje mayor a los hombres.

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