domingo, 5 de junio de 2011

La evolución del mundo emocional


Si nos ponemos a pensar un poco,  las emociones han cumplido un papel evolutivo que nos ha permitido sobrevivir y adaptarnos a nuestro medio de una manera sorprendentemente eficaz. Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido desde la revolución industrial? ¿Qué le ha ocurrido a nuestro mundo emocional desde, me atrevería a decir el siglo XIX? .Cuando el hombre movido, quizás, por una visión demasiado egocéntrica y desde el marco de un positivismo científico le otorgó un lugar privilegiado a nuestro mundo racional, relegando a las emociones como algo secundario, a controlar, evitar e incluso reprimir. La razón predominó a partir de este momento sobre nuestro mundo primitivo emocional, al que se le consideraba, incluso sinónimo de debilidad, “los hombres no lloran” “las letras con sangre entran” “Hay que ser duros” son frases que han abundado, desgraciadamente en la educación de miles de personas pertenecientes a esta época. Enseñamos a nuestros hijos y los educamos para que triunfen académicamente en la vida, pero le enseñamos cómo tienen qué ser felices?¿Acaso lo sabemos nosotros?.
 Un indicador objetivo, es el incremento del consumo de antidepresivos en  las  dos últimas décadas del siglo XX y la primera del siglo XXI?.  ¿Podíamos relacionar esta necesidad de consumir medicamentos para combatir nuestra tristeza, miedos, angustias –en definitiva emociones- como una consecuencia de nuestra pésima capacidad de canalizar éstas .
Otro indicador objetivo, que nos puede orientar pueden ser los índices de venta de libros de autoayuda, no hay que recurrir a las estadísticas para darnos cuenta  de que sus ventas se han disparado en las últimas décadas, son best-seller que pasan de boca a boca. En otras épocas eran novelas de poesía, amor, drama y ahora resulta que estamos como locos por intentar encontrar nuestro equilibrio emocional?
Si hacemos memoria o simplemente observamos la conducta de los niños, nos podremos dar cuenta de cómo sentíamos y vivíamos nuestro día a día en esta etapa que muchos no dudarían de calificarla como la más felíz de sus vidas, Nuestro mundo infantil es un mundo impregnado por emociones, de todo tipo, de toda gama y color. Nuestra mente estaba abierta a sorprendernos y dejarnos sorprender por los acontecimientos que nos rodeaban.
Me resulta tan contradictorio pensar que dedicamos tanto tiempo  a reprimir nuestras emociones que cuando lo conseguimos nos damos cuenta de que nos sentimos tan vacíos que hay que buscar urgentemente la causa para llenar este hueco, pero cómo lo hacemos: para ello hay todo un arsenal que nuestra sociedad tan dada a vendernos todo, no para deofrecer:  nos vende ocio, entretenimientos, diversión, moda, perfumes, fármacos (prozac: píldora de la felicidad), alcohol, drogas. Recursos para deshinibirnos pues tanto ejercicio represivo hay que contrarrestarlo con un poco de liberación y escape. ¿No os parece una locura

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